Hoy  se cumple un año más desde que Colón y las tres carabelas del Reino de  Castilla y Aragón llegaran a la isla de Guanahani, más conocida desde  entonces como San Salvador. Son 519 años del comienzo de la llegada de  las potencias europeas a América. Han sido 519 años en los que los  conquistadores europeos hicieron de América una colonia saqueda por el  imperialismo.
Ya no sólo fue la matanza de miles de indígenas para la conquista del  territorio (la mayoría de ellos muertos simplemente por enfermedades  que portaban los europeos), o el sometimiento de la población local tras  la conquista, sino sobretodo el expolio de la tierra, de sus recursos  naturales, que los europeos comenzaron a realizar una vez se percataron  de lo rico y abundante que era dicho continente. Un auténtico saqueo de  rapiña realizado por la fuerza de las armas y la imposición de la Fe  cristiana como medio ideológico de alienación y sometimiento de la  población.
519  años desde los cuáles los europeos llevan apropiándose del cacao, oro,  caucho, especias, maderas y un sin fin de otras riquezas, que hoy en día  son fundamentalmente el gas y el petróleo de los yacimientos que  radican en América. 519 años en los que el expolio y la rapiña fueron la  base material de la acumulación de riqueza en Europa que permitió la  creación y consolidación de las potencias imperialistas europeas por un  lado, y por otro lado sirvió para que en dichos países se comenzara a  gestar la creación de una nueva clase social, la burguesía, que en base a  dicho proceso de acumulación de la riqueza y al intercambio mercantil,  se desarrollara para finalmente acabar destruyendo el feudalismo y  superándolo por el capitalismo. Es decir, sin dicho proceso de  acumulación de la riqueza en base al expolio de las colonias  (fundamentalmente América, pero también África y Asia) es impensable que  la burguesía hubiera conseguido, a través de la Revolución Francesa,  convertirse en clase dominante e implantar su modelo económico: el  capitalismo.
Son 519 años ya de explotación primero colonialista y  luego capitalista que tambien han generado sus movimientos de  liberación y de combate frente a la dominación. De las primeras  resistencias indígenas pasamos a la revolución nacional llevada a cabo  por la incipiente burguesía criolla, que fue incapaz de liberar a Centro  América y América del Sur de la explotación y sometimiento al  imperialismo. Caso aparte fue América del Norte, EEUU y Canadá, quienes  pasaron con el tiempo de ser colonias explotadas a países imperialistas.
Y  tras las revoluciones burguesas, que fueron incapaces de acabar con la  estructura de dominación, han sido los movimientos de liberación  nacional inspirados bajo los principios emancipatorios del socialismo  los que, a lo largo del Siglo XX y comienzos del XXI, han plantado cara a  la explotación, y en algunos casos, como la Revolución Cubana, han sido  capaces de conseguir la independencia de su pueblo. En el camino se  quedan muchos intentos de la lucha antiimperialista que no pudieron  triunfar (como el encabezado por Salvador Allende en Chile), o algunos  que hoy en día siguen, tras muchos años de lucha y resistencia, en pie  (Colombia) y otros que en los últimos años han conseguido importantes  avances (Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia, o recientemente Perú).
Lo  que es innegable es que desde que comenzara la explotación y dominación  de América se empezó a gestar la resistencia frente a dicha  explotación, y que de la resistencia nacerá siempre las ganas de luchar  por acabar con dicha explotación. Porque la Lucha de Clases y la Lucha  de los pueblos por su emancipación no es ninguna utopía ni ningun  concepto trasnochado. Es la pura y cruda realidad de millones de  personas que viven y sufren diariamente el hambre, el paro, la  explotación o la negación del reparto de la riqueza.

Hoy, 519  años después, la Unión de Juventudes Comunistas de España, no se siente  orgullosas del comienzo de la explotación colonialista, ni del expolio,  ni de la matanza de miles de indígenas, ni de la imposición y  sometimiento de la Fe católica.
Hoy, 519 años después, la UJCE se  siente orgullosa de que un día más, un año más, seguimos luchando  contra el imperialismo, contra el capitalismo, contra la explotación, y  por la libertad de los pueblos, por la paz mundial, por formar parte de  la lucha de liberación contra quienes nos explotan, tanto en América  como en España, por luchar, en definitiva, por la Revolución Socialista.